¿Por qué debemos utilizar PROTECCIÓN SOLAR?
El sol está permanentemente emitiendo una amplia gama de radiaciones.
La que todo el mundo conoce es la comprendida dentro del campo visible. Es la responsable de que durante el día, podamos ver entre otras cosas, los colores. Este tipo de radiación, atraviesa con dificultad las nubes, por eso, hay veces que debido al espesor de éstas, se oscurece el cielo, llegando hasta encenderse las farolas como si se hiciese de noche.
Además hay otras radiaciones que no se ven, pero que se dejan sentir. Este es el caso de las radiaciones infrarrojas (IR), responsables del calor, éstas no atraviesan en absoluto las nubes, por eso los días nublados hace más frío.
Otro tipo son las radiaciones ultravioletas, que se dividen en UVA y UVB. Por su existencia, debemos proteger nuestra piel, y con mas razón la del bebé. Al contrario de lo que ocurría con las anteriores, éstas sí son capaces de atravesar las nubes. La arena, las superficies de agua (lagos, mar...) y la nieve actúan reflejando y multiplicando el efecto de esta radiación.
¿Por qué nos ponemos morenos?
Es una reacción de nuestro organismo para protegernos de la radiación ultravioleta del sol. Nuestras células crean melanina, que actúa como si fuera una sombrilla frente a esta radiación, evitando que profundicen en las células y produzcan daños irreparables. La melanina a la vez nos proporciona el tono moreno.
¿Que daños pueden producir las radiaciones ultravioletas?
Cuando nos exponemos a esta radiación, se produce un enrojecimiento en la piel, irritaciones y hasta quemaduras importantes. Todo ello dependiendo del tiempo que estemos recibiéndolas. A largo plazo, son capaces de producir cáncer de piel. Estos efectos también se producen cuando estamos morenos, si bien, en menor medida.
¿Por qué debemos proteger de forma especial la piel de los bebés?
La piel del bebé es muy delicada, fina y muy blanca. Reúne las condiciones óptimas para que la radiación ultravioleta penetre más fácilmente y de forma más profunda en su piel, pudiendo provocar daños que se pueden manifestar al cabo de años.
¿Cuándo debemos aplicar la crema protectora?
Como mínimo media hora antes de empezar la exposición al sol. Se debe repetir la aplicación al menos cada 4 o 6 horas y siempre después de tomar un baño. Se cubrirá toda la superficie corporal que esté expuesta a los rayos solares, extendiendo la crema de protección solar de forma uniforme, sin olvidar ninguna zona.
Es importante no olvidar que también hay que aplicarla los días nublados.
¿Que índice de protección se debe emplear?
Siempre que se sigan las instrucciones anteriores de empleo, sería suficiente un factor 20, ya que solo permitirá el paso del 5% de la radiación. Para casos especiales, hay hasta factores 60 que solo dejan pasar el 1,7% de la radiación.
También es importante comprobar que la crema protectora sea hipoalergénica. De esta forma nos aseguramos que en su preparación no se han empleado compuestos que fácilmente provocan alergias.
¿Podemos broncearnos si empleamos una crema protectora solar?
Como ya se ha comentado, las cremas protectoras solares dejan pasar una parte pequeña de las radiaciones solares, pero son suficientes para que nuestro organismo empiece a desarrollar de forma natural la melanina. Evidentemente el bronceado tardará más tiempo en llegar, pero lo hará sin peligro para la piel.